B. Reddin (1997) en su libro “El estilo de gestión” (Bilbao: Ediciones Deusto) establece la siguiente clasificación de estilos docentes y/o de liderazgo:
A. Desertor
Rendimiento poco eficiente causado por una baja tendencia a las tareas y a las relaciones, en el marco de una situación en que una conducta es inapropiada.
Cumple al mínimo. Pasota. Sin creatividad. Conservador.
B. Misionero
Baja tendencia a las tareas aunque alta a las relaciones. En el marco de una situación en que una conducta no se ve como apropiada, su rendimiento se valora como poco eficiente.
Pacificador. Amable. Necesitado de apoyo. Pasivo.
C. Autocrático
Alta tendencia a las tareas pero baja a las relaciones, en el marco de una situación en la que también se exige alto nivel de relaciones personales su rendimiento es poco eficiente.
Amenazador. Exigente. Temido. Objetivo: Productividad.
D. Conciliador
Alta tendencia a las tareas y a las relaciones. En el marco de una situación en la que se exige una tendencia elevada solo a una o a ninguna de las dos actividades también sería poco eficiente.
Excesiva participación. No toma decisiones. Idealista, ambiguo. Las nuevas ideas fracasan.
E. Burócrata
Rendimiento poco eficiente causado por una baja tendencia tanto a las tareas como a las relaciones, en el marco de una situación en la que es necesaria cuidar tanto de las personas como de las actividades.
Lo primero: las normas. Seguro y eficaz. Recto e imparcial. Comunicación escrita.
F. Progresista
Rendimiento eficiente causado por una baja tendencia a las tareas y alta a las relaciones, en el marco de una situación en que tal conducta es la deseada por el contexto o por la organización.
Comunicativo. Trabaja en equipo. Inspira confianza. Responsabilidad compartida.
G. Autocrático-Benevolente
Elevada tendencia a las tareas y baja a las relaciones, en el marco de una situación en la que tal conducta es la apropiada y, que por consiguiente, la convierte en más eficiente.
Productividad. Iniciativa. Eficaz. Pocas relaciones.
H. Realizador
Elevada tendencia a las tareas y a las relaciones, en el marco de una situación en la que tal conducta es la apropiada y, que por consiguiente, la más eficiente.
Auténtica participación. Decisiones consensuadas. Fomenta compromiso. Estimula rendimiento.
Tras cumplimentar un cuestionario (disponible pinchando aquí), basado en esta clasificación, mis resultados han sido los siguientes:
Estilos dominantes: progresista.
Estilos de apoyo: realizador y en menor medida conciliador y autocrático-benevolente.
Estilos repudiados: desertor y burócrata.
Estoy bastante de acuerdo con mis resultados, según los cuales, mi estilo docente está dominado por una posición progresista, basada en la comuncación, el trabajo en equipo, la confianza y la responsabilidad compartida entre el grupo. Además, la alta puntuación en el estilo realizador sigue la misma línea de fomento de la participación y el compromiso de los alumnos, buscando el consenso y estimulando su rendimiento y participación en clase.
Los estilos que nunca usaría tienen que ver con las posiciones mas conservadoras, que no tienen en cuenta la creatividad ni opinión del grupo (estilo desertor) y las posturas que consideran que el cumplimiento de las normas y el comportamiento recto e inflexible es lo más importante (estilo burócrata).
Los estilos que han quedado en medio, que no rechazo pero tampoco me identifico demasiado con ellos, tienen que ver tanto con ser excesivamente pasivo, es decir, intentar "ser amigo" de los alumnos o dejar que sean ellos los que tomen las todas las decisiones (estilo misionero o estilo conciliador) y también con posturas demasiado rígidas, que no tienen en cuenta a los alumnos, fijándose sobre todo en la productividad (estilo autocrático o autocrático-benevolente).
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