Tras la visualización del documental “Una clase dividida”, paso a contestar a las cuestiones planteadas:
1. ¿Qué se muestra en este documental? ¿A qué realidad nos acerca?
El documental “Una clase dividida” dirigido y producido por Williams Peters en 1985, es una propuesta para tratar el racismo y la intolerancia. Relata la puesta en práctica y los resultados de un experimento que llevó a cabo en 1970 una profesora, Jane Elliot, con su grupo de alumnos, mediante el cual pretendió dar a conocer las consecuencias del racismo. Se trataba a grandes rasgos de que vivieran la discriminación, motivada por una falsa creencia, en su propia piel.
Para ello la maestra Elliot dividió a los alumnos en dos grupos: los que tenían ojos azules y los que tenían ojos marrones. Le dijo a la clase que los primeros eran superiores a los segundos e hizo que los de ojos azules les colocaran pañuelos de tela a los de ojos marrones para marcar más las diferencias. Además, la profesora les dio a los niños de ojos azules una serie de privilegios: ellos tendrían cinco minutos extras en el recreo, podían repetir a la hora de la comida y podían beber agua del bebedero con normalidad. Mientras tanto, los de ojos marrones tenían que usar vasos de cartón con sus nombres, no podían usar los juegos del patio y no debían juntarse con los otros niños. Además, cuando se presentaba la oportunidad, Elliot destacaba los aspectos negativos de estos últimos.
Los niños de ojos azules mejoraron su rendimiento mientras que los discriminados decayeron en el suyo. Por la tarde de ese mismo día, los niños discriminados se sentían infelices y frustrados y hacían observaciones como: “Parecía que todo lo malo nos sucedía”. “La manera en la que nos trataban nos hacía sentir sin ganas de hacer nada”. “Parecía que la señorita Elliot nos estaba quitando a nuestros mejores amigos”.
Al segundo día, la maestra les tuvo otra sorpresa. Esta vez los papeles se invirtieron: Los niños de ojos marrones recibieron los privilegios que antes tuvieron sus compañeros y a los de ojos azules se les colocó el pañuelo de tela y fueron tratados en forma discriminatoria. Los niños de ojos marrones -esta vez los superiores de la clase- cambiaron el rol, sintiéndose bien de nuevo e incluso resolviendo tareas de forma mucho más rápida que el día anterior. Así mismo, los niños de ojos azules adoptaron el rol discriminatorio, sintiéndose más desgraciados e infelices.
Al finalizar la investigación, la señorita Elliot les preguntó a todos cómo se habían sentido con el experimento los días anteriores. Todos los niños se apresuraron a explicar lo mal que se habían sentido. Cuando Elliot les preguntó si debería influir el color de la piel en cómo se trata al resto, los niños solo tenían una respuesta para ella: “No”.
2. ¿Qué impresiones nos ha causado el visionado vídeo? ¿Es cierto que la sociedad trata de distinta manera a unos grupos que a otros?
Es obvio que en la sociedad aún existen prejuicios y que algunos grupos son tratados de modo diferente. Aún existe cierta tendencia a rechazar "lo diferente", ya sea por cuestión de raza, etnia, género o cualquier otra característica que haga pensar que una determinada persona no se identifica como alguien de "nuestro grupo".
3. ¿Cómo relacionas esta actividad con tu vida cotidiana? ¿Te ves reflejado tú o alguien cercano a ti de alguna manera en lo se muestra en el vídeo? ¿conoces alguna noticia relacionada con manifestaciones discriminatorias en nuestro entorno?
Evidentemente, como ya he dicho este tipo de manifestaciones siguen siendo bastante frecuentes. Algunos ejemplos podrían ser las peleas entre bandas o entre hinchas de distintos equipos de fútbol. La violencia de género también puede ser un ejemplo de discriminación, en este caso por el hecho de ser mujer, fundamentada en estereotipos sexistas que tristemente siguen siendo habituales en muchas personas y fomentados por medios de comunicación, expresiones del lenguaje cotidiano, roles de género...
4. ¿Qué valores se transmiten en el documental?
Este documental resalta la importancia de valores como la empatía, la tolerancia, la justicia, la comprensión... La maestra Elliot, para que lo niños de verdad entiendan la importancia de estos valores, hace que sientan en sus propias carnes las consecuencias de la falta de ellos: falta empatía, intolerancia, injusticia, incomprensión... y cómo eso puede influir en la persona que lo sufre, que consecuencias personales reales tiene ser tratado bajo esa falta de valores.
Este experimento tiene similitudes con otro tipo de investigaciones típicas de la psicología social, como el experimento de la prisión de Stanford, y de cómo personas normales actúan de forma diferente cuando se les da poder o superioridad respecto a otro grupo.
5. Valorar –por adecuado o inadecuado- la metodología utilizada por Jane Elliot para abordar el tema de la “no discriminación”.
Evidentemente y como pasa en casi la totalidad de los experimentos que tienen que ver con la psicología social, la metodología en este tipo de investigaciones suele no ser demasiado ética. Al fin y al cabo, se trata de observar como se desenvuelven las personas en su vida cotidiana, por lo tanto no deben saber que están siendo objeto de estudio y además, en algunas ocasiones, la variable a evaluar suscita cierto sufrimiento en algunos de los sujetos investigados. Sin embargo, siempre que no se dañe de manera importante o permanente a la persona, este tipo de estudios arrojan resultados importantes y fiables. Además, en este caso, dudo que los niños olvidaran esta importante lección y además gracias a este experimento han comprendido de manera real lo que supone ser tratado de forma discriminatoria.
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